- El Comité Olímpico Internacional (COI) indicó que no venderán entradas, pero sí permitirán la presencia de espectadores invitados mediante un programa adaptado de la organización. Esta medida obedece al endurecimiento de las restricciones en China por la pandemia
Los organizadores de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno, que se realizarán en China Continental a partir del 4 de febrero, anunciaron que el evento deportivo se realizará sin público general debido al aumento de casos de covid-19 en el mundo.
En un comunicado publicado en su página web, el Comité Olímpico Internacional (COI) indicó el lunes 17 de enero que no venderán entradas, pero sí permitirán la presencia de espectadores invitados mediante un programa adaptado de la organización.
El COI señaló que los únicos que podrán presenciar las jornadas de cada disciplina será el “público objetivo” que determine la organización. Estas personas deberán cumplir en todo momento las medidas de bioseguridad.
Esta decisión del COI se apega a las medidas del gobierno chino de endurecer las restricciones de bioseguridad para detener la propagación de la variante ómicron.
Este anuncio se da 48 horas después de que medios locales confirmaran el primer caso de transmisión comunitaria de la variante ómicron.
En septiembre de 2021, el COI informó que los Juegos Olímpicos de invierno de Pekín se realizarían sin espectadores extranjeros debido a la pandemia de covid-19.
Además, indicó que solo los participantes completamente vacunados estarán exceptuados de guardar cuarentena. Los demás deberán cumplir 21 días de aislamiento, a menos que presenten un “justificante de excepción médica”.
Con el reciente cambio en las normativas, los Juegos Olímpicos de Invierno se realizarán en condiciones similares a la justa olímpica de Tokio 2020, donde tampoco hubo público general.
Medidas más duras contra la pandemia en China
China implementó una serie de medidas estrictas para frenar los casos de covid-19 en el país. Se prohibieron docenas de vuelos internacionales desde Europa, Canadá, Estados Unidos e Indonesia, entre otros, luego de que algunos de sus pasajeros dieron positivo al virus al llegar al país.
Como parte de estas restricciones, el aeropuerto internacional de Hong Kong anunció el 14 de enero que impedirá el tránsito de pasajeros que provengan de más de 150 naciones y territorios considerados de alto riesgo en los últimos 21 días. Estas personas no podrán hacer escala en el territorio semiautónomo entre el 16 de enero y el 15 de febrero, según el aviso del aeropuerto.
Además, millones de personas se encuentran en cuarentena. Las autoridades han pedido a los ciudadanos que viajen solo si es estrictamente necesario. Sin embargo, no se garantiza que puedan regresar a China si se detecta que los pasajeros visitaron una ciudad o región con un foco activo.
Boicot a los JJ OO
El 6 de diciembre de 2021, Estados Unidos anunció que no enviará representantes diplomáticos a los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín ante las preocupaciones por las violaciones a los derechos humanos en China. A pesar de esta medida, los atletas sí participarán y contarán con apoyo oficial. A esta decisión se sumaron los gobiernos de Reino Unido, Canadá y Australia.
El boicot se genera por las denuncias de violaciones de derechos humanos contra los ciudadanos musulmanes en la localidad de Xinjiang.
Autoridades chinas han reprimido a grupos minoritarios en Xinjiang, quienes practican el Islam. La represión incluye prohibir los velos, las barbas largas y los nombres islámicos, entre otras cosas.
También se han denunciado las violaciones a los derechos humanos en campos de detención en la región china. Exdetenidos relataron que sufrieron abusos dentro de los campamentos, como privación de comida y descanso, inyecciones forzadas, esterilizaciones forzadas, abortos y violaciones en grupo.
El Departamento de Estado de Estados Unidos estimó que hasta dos millones de uigures y otras minorías musulmanas han pasado por esa extensa red de centros de detención.
La organizaciones como Amnistía Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW) han alertado de abusos, torturas y muertes bajo custodia en estos centros. Según Pekín, en esos calabozos “se aprende mandarín, nociones sobre derecho y un oficio”.
Los periodistas extranjeros también han denunciado restricciones para informar en Xinjiang. Señalan que son sometidos a vigilancia e intimidación continua, según en su último informe el Club de Corresponsales Extranjeros de China.